Y lo que más me gustó, es que es restauradora de arte, en papel o fotografía, algo muy difícil que yo, hice una sola vez en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara, dirigido por el maestro Xavier Servín.
Restauré un grabado de la pintora ruso-mexicana Olga Costa, que había sido balaceado, sí balaceado en el aeropuerto Charles De Gaulle en París, cuando lo traían para acá. Se les quedó olvidada la caja de cartón, llena de grabados y la policía, rápidamente aisló el lugar y le hizo unos disparos a la caja dicha. De tal suerte que el material que contenía la caja, propiedad de un amigo (A: G:), me tocó restaurar a mí en mi etapa de aprendizaje.
Por eso siento admiración, porque es mucho trabajo, paciencia, conocimiento y un montón de propiedades que se deben tener para hacer ese trabajo tan escaso.
Por eso, si Chicaperika llega a leer ésto, que gusto, te saludo.