PALANQUETA DE CACAHUATE

Durante años, todos los días, sin faltar ninguno, a una hora determinada, muy perfumado, My Love estaba sentado en el pasillo del hospital. Llevaba dos bolsas para el mandado ya casi deshechas, pero en ellas portaba las delicias que casi al mediodía nos daba el tentempié para seguir. Traía semillas de calabaza tostadas, cacahuates fritos, tostados, garapiñados, lunetas y los cacahuates del secreto que a mi me gustaban mucho. Muchas veces le pedí la receta de esos cacahuates y siempre me contaba el mismo cuento, que no podía porque habían durado mucho tiempo en hacerlos y era secreto. Pero como yo soy persistente, un día "le doré la píldora" con lo efímero de la vida y soltó prenda, me dio la receta con lujo de detalles y yo mismo no me medí en las preguntas, así que ahora que My Love ya no está, siempre que los preparo, le dedico un pensamiento positivo y lo recuerdo ahí sentado en el pasillo aquel donde le chispeaban los ojos cuando pasaba una muchacha enfrente de el. Dn. Ramón, descanse en paz.